¿Qué son los acumuladores de calor?
Los acumuladores de calor, son aparatos capaces de captar la energía térmica producida durante la noche y almacenarla mediante la electricidad para, posteriormente, ir desprendiéndola durante el día, en las horas en que la energía es más económica, creando así un ambiente cálido en el habitáculo.
Los acumuladores térmicos funcionan alternando los ciclos de carga y descarga de la energía térmica, cargando durante la noche y descargando durante el día y ofreciendo así, un máximo ahorro de energía.
Los acumuladores de calor se dividen en varias partes que sirven, cada una de ellas para completar la función a la que están destinados.
Partes del acumulador de calor
- Núcleo acumulador, compuesto de varios paneles refractarios que serán los que se encarguen de retener el calor. Estos paneles llegan a alcanzar muy altas temperaturas al finalizar su ciclo de acumulación de calor.
- Resistencias eléctricas, encargadas del calentamiento del núcleo acumulador en todas sus partes por igual.
- Un refuerzo de aislamiento térmico, que será el encargado de preservar guardado el calor que se ido acumulando durante la noche. Además este aislante térmico se encargará de que la temperatura no suba de los 90 grados centígrados, que es la máxima admitida por la normativa.
- Sistema de seguridad, necesario para optimizar los ciclos que se realicen. Esta parte del acumulador incorpora un limitador térmico o termostato como indicador de posibles errores o mal funcionamiento en el calentamiento del núcleo y evitar una sobrecarga del mismo.
- Sistema de gestión, que es el que se encarga de hacer posible que la energía acumulada durante la noche se descargue en condiciones óptimas, regulando la carga acumulada.
Tipos de acumuladores de calor
En general, los tipos de acumuladores de calor son dos: los estáticos y los dinámicos. No obstante, también existen otros que son mixtos y que hacen posible una descarga combinada.
Acumuladores estáticos:
Estos son los acumuladores más sencillos. Se parecen a los dinámicos en que incorporan los mismos elementos para la carga y el mismo núcleo de acumulación, pero en los que se refiere al aislante, éste es más básico que en los acumuladores dinámicos.
Los acumuladores estáticos realizan parte de la descarga de calor mediante unas trampillas que cortan el paso de aire y que se pueden regular con un mando a distancia, pero la mayor parte de la descarga la realizan por radiación de la superficie del propio aparato.
Posiblemente, este tipo de acumuladores son los más idóneos para estancias que se encuentren habitadas continuamente, ya que, logran mantener una temperatura constante y adecuada.
Acumuladores dinámicos:
Como hemos dicho, son iguales que los estáticos en cuanto a elementos de carga y núcleo de acumulación. No obstante este tipo de acumuladores resultan más eficaces en cuanto al aislamiento, respecto a los estáticos.
En los acumuladores dinámicos, la descarga se realiza, en su mayor parte, a través de una turbina impulsora del aire y el resto (tan solo el 20%) se descarga por radiación. También puede regularse mediante termostatos que incorpora el propio aparato y otros externos.